Ilusión

Cuando hablamos de ilusión, se nos llena el alma de chispitas y parece que nada las pueda apagar, como un espectáculo de fuegos artificiales. En el momento en que no la sostenemos, sentimos una desolación, una tristeza y una apatía por seguir adelante.

Si unimos esta ilusión a un proyecto, objetivo, resultado, mediante una imagen y un slogan, la sostenemos y proyectamos hacia nuestro caminar diario.

No se trata de ir con prisas,  éstas muestran nuestra desconfianza en conseguir lo que deseamos, o bien el miedo al fracaso (el no obtenerlo a la primera), o el más oculto, el obtener en sí lo que estamos deseando, con el consiguiente desapego a lo anterior: una pérdida de algo que ya conocíamos y manejábamos, aunque no estuviéramos a gusto.

Con esta información, estarás captando que la ilusión es una fuerza poderosa que tan sólo hemos de conocer y permitir. No se trata de tomarse la vida sin importancia, más bien de ponerle cara sonriente y abierta.