Espacio

 El espacio relacional que se crea entre el coach y el coachee (cliente) es agradable, de respeto, de confianza (sientes que puedes compartir), pues no eres juzgado ni calificado. El coach ve más allá de lo que aún no eres capaz de ver en ti mismo, por lo que potencia todo aquello que posees y no utilizas.

Cada persona es un ser único e irrepetible, sí que manejamos tendencias adoptadas, como patrones de comportamiento e imitaciones de rasgos de otras personas que nos agradan y, sin ser conscientes nos impregnamos; sin embargo en nuestra esencia vibra diferencia, identidad propia. Es como un perfume personal, cuando llevas puesto el de otro, en tu piel huele diferente.


 En la vida hay una serie de puertas que se abren y otras que se van cerrando, a medida que ya no las usamos. Pasamos de habitación en habitación y tenemos diferentes experiencias. El cambio invita a cerrar puertas sobre viejas pautas de comportamiento negativas, viejos obstáculos, situaciones que ya no nos sirven ni nos nutren. Todo lo contrario, nos abstraen y pesan.

Como dijo Joseph Campbell: «Sigue a tu felicidad». Ve cómo abres las puertas de la alegría, la paz, la curación, la prosperidad y el amor; las puertas del entendimiento, la comprensión, la compasión, el perdón y la libertad; las puertas de tu propia valía y tu dignidad, de la autoestima y el amor por ti mismo.